New York city,
1961.
Vestida de toalla,
con ágiles andares,
señorita de primera
en compañía de galanes.
Sonrisa siempre puesta.
Señorita de tacones
en todas las ocasiones.
Cigarrillo en mano,
con su palito largo.
`Darling´ para amantes,
`Dear´ para casados.
Con un gato sin nombre,
y muchos sueños dorados.
Falsa verdadera,
un ave sin fronteras,
salvaje y sinuosa
como otras ya quisieran.
Holly es la princesa
(sin joyas ni corona)
de gafas oscuras
y labios de frambuesa.
Con un pasado
algo nublado
por el olor de oklahoma,
ella canta y ríe sola
(ahora no cuenta el gato)
pues a su marido ha abandonado...
¡Ay Lulamee!
¡Caracoles!
¡Qué flaca te has quedado!
Y qué disgusto te han dado...
tu hermano Fred accidentado.
Y qué disgusto nos diste,
hasta a la cárcel fuiste...
Hay que ver, querida,
cómo han pasado los años,
y aun así , increíble,
a ti nadie te ha olvidado.
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