Rózame con esa rosa
que tu corazón aloja.
Bésame con el jazmín
de tu frenético carmesí.
Encandila mis sentidos,
tierna noche de mis sueños,
cubriéndome ya con sólo
tu cielo enamorado.
Penetra en mis entrañas,
acariciándo mi alma
con un suspiro de placer.
Que mis dedos te recuerden
para pensarte a mi vera
y no dejarte de querer...
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