Qué dificil resulta,
humo,
esperar a que te disperses,
cuando has inundado la sala.
Como cuando en la espera,
de un alma amorosa
la paciencia desespera y
le angustían las horas.
Qué dificil resulta,
saber qué piensa,
cuando las tinieblas
embrigan la mente
y la mirada ciegan.
Pero ay, no desesperes,
donde hay paciencia
están las mujeres.
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