Desde lo alto os veo,
con superioridad,
yo orgullosa de
estar en el cielo,
y sobre vosotras.
Mis miradas,
en realidad de envidia,
quieren admiraros.
Sois... diferentes,
cada una tiene su
textura, su color,
su espacio, su forma...
Vapor en movimiento.
Cuando os veo
desde el avión,
me recordáis al algodón.
Algunas finas y delicadas,
como un suspiro de Dios;
Otras redondas y mullidas,
como almohadones,
densas y curiosas.
Vais y venis,
nunca sois las mismas.
Me gustaría ser nube,
solo energía...
solo vapor...
A mi también me encantaría ser nube, pero aquí abajo tampoco se está tan mal. Hay días en los que me basta contemplar las nubes desde lejos y buscarles formas, para ser feliz.
ResponderEliminarUn besazo