Recordé el tiempo
pasado entre cabellos,
de una niñez tranquila,
dulce, muy dulce.
Recordé, reviví,
la ilusión pasada,
y en un momento
volví a sentir esa
emoción por lo
siempre desconocido,
por lo novedoso,
por lo sorprendente.
Esa sonrisa prendida
en los labios, cada
vez que el coche arranca.
Los ojos como platos...
cuando el avión se eleva...
y ya entonces, no me
sorprendería nada
que un día papá se pusiera
a elevarse sobre la mesa.
La música, que me
envuelve y me lleva
a esos tiempos...
tiempos pasados...
nostalgia de recuerdos...
pureza del alma...
¡ay, querida infancia...!
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