domingo, 11 de julio de 2010

La persona adecuada

La persona ideal
tiene que cuadrar
en una imagen imperfecta,
en un cuadrado de tres esquinas,
en un futuro abierto,
en una vida sin rutinas.

La persona adecuada
ha de estar desquiciada,
ciertamente herida,
incluso dislocada;
porque si necestia cura,
seré yo su medicina.

La persona ideal
debe amarse a sí misma,
pues es un requisito
para poder amar la vida.

La persona ideal
debe llorar sin complejos,
desgarrarse a veces, y,
sufrir, desde luego...
para saber qué es la vida
hay que quemarse con fuego.

La persona adecuada
no se busca, estoy segura.
Hay que esperar su vuelo.
Y el problema de algunas...
es que no miran al cielo.

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