domingo, 23 de diciembre de 2018

Nadie enseña al poeta


Tantos años de sequía,
de amargura, tantos años
de nostalgia, de pasado
frustrante, de tanta rabia
y de tanta sed;
que ahora, al desbordarse
el agua entre mis manos
solo puedo callar y asimilar
que no tengo pena,
que no tengo sed.
Y eso nadie me enseñó a contarlo.
Nadie prepara al poeta para hablar del amor
cuando todo va bien.

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