En todas partes, en cada calle,
en su casa, en la mía, en la de los demás, en los restaurantes, en el súper, en
las tiendas, en la plaza, mediodormidos, muy despiertos, en el desayuno, en la
cena, para almorzar, tumbados, de pie, de la mano, abrazados, vestidos y desnudos,
con lluvia y con sol, contentos, tranquilos, nerviosos, de madrugada y en pleno día.
Hacíamos el amor en cada gesto
en el que el otro nos importaba más que nosotros mismos.
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