martes, 11 de agosto de 2015

Amor perfecto simple

Erre que erre
Todo tiempo perfecto
i
mplica un cierto final.

Simple: ya fue.

Miraremos atrás y no habrá más verbos.

Quedará el calor de los cuerpos
ascendiendo hasta enfriarse.
Será un amor desplegable,
una colcha tejida despacio
que solo aumenta con el trabajo de los días,
la constancia de la amistad.

 
Perfecto por su fin sin dificultades,
egoísmo ausente en las manos
que más que desvestir
visten
de caricias los cuerpos.

 

El amor perfecto
de puertas abiertas,
de libertad que inunda cada estancia,
como madre que predice los errores
y no impide la caída.

 
Simple por su final,
no por su tamaño.

 

Toda acción perfecta tiene el defecto llamado fin.

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