Cierro los ojos
a veces
y al abrirlos no del todo
los veo y me asustan.
Ansiosa escapo y
me enredo
en las sábanas que
ayer no eran miedo
sino clímax.
Se acercan a veces
y vuelven a amasar
mi cuerpo desnudo.
Siento angustia
por ese placer antiguo
borrado siempre
con precipitación
y lejía corrosiva.
Sus sonrisas,
ya fuera de lugar,
me provocan dolor
agudo en las
tripas-corazón
y sin embargo,
río después de
tanto llanto a sus espaldas.
Vibran y vibramos de nuevo,
la mente es siempre poderosa
e imagino esas hazañas
que de sus bocas siempre
mintieron,
esos planes de futuro
envueltos en palabras suaves,
suaves,
excesivamente sua...
Y de repente,
un frío sudor de
la verdad de nosotros.
Sois esos fantasmas
que siempre fuisteis
y que nunca os iréis
de mi cama.
"Pero la lentitud también tiene sus ventajas. En la creación poética, como en todos los procesos de transformación natural, el tiempo es un factor que modifica a los demás. (...) Por el mero hecho de haber sido escrito despacio, un libro lleva dentro de sí tiempo de la vida de su autor" J. Gil de Biedma
domingo, 15 de septiembre de 2013
miércoles, 4 de septiembre de 2013
Cinco antítesis
A las marujas y filólogas
Siempre creímos
que nos unía la pasión
por dejarnos los ojos
en cada página
(elegida u obligada)
y los callos al escribir.
Creímos, incluso,
que teníamos algo
en común;
los versos al menos,
o los besos en compartidos
gustos a veces.
Caímos en el error,
incluso,
de dormir juntas
en cuartos enanos
convencidas de que
respirábamos al unísono.
Y error tras error,
el resultado fue maravilloso.
Somos cinco seres
sin nada en común,
más que nuestros pasos
marcados en el mismo sendero.
Los pasos fuertes de Laura
hunden el barro con la decisión
propia del ser que lucha
y es consciente de su
propia debilidad.
Mientras que los de Gema
los siguen sigilosos, pequeños,
discretos y hasta distraídos,
pero muy sonrientes,
con su inteligencia insegura.
Inés siempre llega después
porque el porro requiere
su artesanía y el fumarlo
la aletarga.
Sin embargo,
sus pasos son artísticos,
únicos y siempre ingeniosos.
La Gema de ojos azules
se quedó algo dormida
mientras soñaba despierta
con su presente futuro.
De todos modos, ella
da siempre zancadas gigantesca
aún con sus delicados y escuetos fémures.
Yo las he visto venir,
porque las dibujé ya
en mis planes de deseos.
Aparecían ella fuertes,
en silueta,
con sus rasgos perfectos,
definidos,
porque así las quería yo,
cada una más loca que la anterior
y todas ellas fuertes
y capaces de elegir
el camino de su vida.
Del fénix a mi lado
A Laura Rojas
Has sido tú,
sonido de vida
en mi oído,
centímetros sólo
distantes en la cama,
(Sin mimos excesivos,
tampoco carentes)
la reflexión constante
de vida que emerge
a veces entre cenizas
y siempre para brillar
(poco a poco y
discretamente,
como lo haces tú todo).
Sabiduría en neuronas
presionadas pero
incansables y siempre
preguntonas.
No descansar hasta saber.
Siempre hay corazón en su pecho.
Para rato.
Para compartir,
para conmoverse,
para apasionarse
con quien la conmueve
y compartir hasta los dolores
de la realidad vista con ojos abiertos.
Ella lucha
aunque no lo admite.
No le gusta luchar, sin embargo,
no puede evitar hacerlo
cada vez que emerge su cuerpo
de entre las sábanas y se enfrenta a todo,
lo que soporta y lo que disfruta.
Enseña
siempre más
que las maestras de antaño.
Enseña al equivocarse,
porque sabe verlo
y no solo enseña
sino que aprende.
Ella confía,
no por tonta,
ni siquiera por buena.
Confía por un acto humano
inevitable;
por esa fe positiva,
por esa fe.
Y ambas palpitamos,
aquí en NCL,
allá frente a la fontana,
en casa, Comunidad de Madrid.
Me gusta sentir tu mano
entre las mías
y oírte respirar,
siempre.
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