"<
Me gustaría saber tu opinión>>(...) La señora Michel...¿Cómo diría yo?
irradia inteligencia. y sin embargo, bien que se esfuerza, ¿eh?,
salta a la vista que hace lo que esté en su mano por que la gente piense que es
una portera normal y corriente, y por parecer tonta perdida."
Muriel Barbery, La elegancia del erizo
Quizá la brevedad
me incita a coartar
tantos pensamientos que me invanden
y es hora ya de escribir largos versos.
Porque ayer vi a Roger,
por primera vez,
y parecía conocerlo desde hacía años.
Una parte de mí echaba de menos todo
en él, todo lo que aún no conocía.
Quizás era porque llovía,
y cuando eso pasa a mí se me riza el pelo
como a un pequeño caniche francés.
Entonces, como llovía,
las ideas se electrocutaron junto a los cabellos.
Solo quizás porque llovía
a Roger le cayó la hece-en la cabeza- de una
paloma con prisa por volver a casa,
y yo recordé en ese instante,
que las mariposas hacen exactamente lo mismo
cuando llueve, defecan.
Y me extraño que, a pesar de que llovía,
yo conociera a aquel tipo.
Me cagüen la leche, de qué conozco yo a aquel tipo.
No lo he visto nunca. Ni siquiera reconozco la nariz larga,
ni el pelo corto, ni la sonrisa simpática.
Todo es nuevo, nuevo, nuevo.
Y sin embargo, yo sé que lo conozco.
Ya sé, será el alochol, que me hace
confundir día y noche,
amigos con primos
y desconocidos con amantes.
O será que me he acercado demasiado a Roger.
Quizás lo conozco porque ahora llueve
y está tan cerca, tan cerca
que ya no es simplemente una cabeza
en un mar enorme, una cabeza sin cuerpo.
No, ahora es un ser entero que se muestra sin tapujos
y me ofrece todas las posibilidades para hacerle daño.
Pero yo no lo haré, no. Y no porque sea buena,
sino porque él es inteligente y no se oculta como una
liebre asustada.
Por eso lo conozco, porque él se muestra sin miedo.
Las personas que se muestran sin miedo, tal como son, merecen mucho la pena.
ResponderEliminarAprende. Disfruta.
Besos