Tantas veces escribo lo mismo
para sembrarlo en mí:
somos libres,
estamos libres,
no hay lastre ni residuo.
Tú eres libre de no amarme,
yo soy libre de asirme a otras rocas.
Estamos libres de carga,
libres estamos de deberes.
Tu silencio siempre fue
la cuerda floja
por la que campaba esta relación.
Quizá ahora quieras convertirla en puente.
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