domingo, 6 de mayo de 2012

Monólogo seismesino

Fue un monólogo demasiado largo,

consumición vana en palabras

de mi ser más interno y mis ganas

más sanas de quererte todo el rato

(no solo cuando estabas).

Fue un monólogo eterno

a pesar de que tú hablabas,

no decíamos lo mismo:

palabras I contra I palabras

Monólogos que se daban casi siempre

la espalda,

sino en tal caso, de cara, ni se miraban.

Logos desprendidas de bocas de casi

monos, que no por ser tan monos

escuchaban las logos habladas.

Monólogo que con mi lengua impulsada

saltaba sobre tus oídos y después

me rebotaba delante de mis ojos

(ni siquiera yo me escuchaba)

Seis meses de palabras serias,

elaboradas y cocinadas

en la azotea de mi cuerpo

para que no sirviesen de nada.

Seis meses de "lujuria y vicio"

Ya no hago monólogos, pues

¡Mal rayo te parta! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario