viernes, 27 de enero de 2012

Este poema tenía un título y lo borré como quien olvida sacar la basura

Tu cuerpo
en mi cuerpo enterrado
cual casa,
hospital, palacio,
me habitas.

Absorbes células
inmaculadas de mi vientre
y te invito
a una copa de suspiros
perecederos.

Te extraño en las paredes
al son placentero de los muelles.

Y una palabra tuya
bastará para sanarme
pero un roce vago y vislumbrado
de tus labios
bastará para salvarme.

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