Tu cuerpo
en mi cuerpo enterrado
cual casa,
hospital, palacio,
me habitas.
Absorbes células
inmaculadas de mi vientre
y te invito
a una copa de suspiros
perecederos.
Te extraño en las paredes
al son placentero de los muelles.
Y una palabra tuya
bastará para sanarme
pero un roce vago y vislumbrado
de tus labios
bastará para salvarme.
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