Todavía aquí,
en mis bragas,
pequeñas.
En la maraña
de una juventud
enredada en sí misma.
Entrelazada a las derrotas
económicas dañinas
y al mañana muerto.
Con la sana costumbre
de un consumo responsable
de penas y sarcasmo;
con una vida repleta
de posibilidades fallecidas.
¡Téjela!
¡Resucítala!
Hazle el boca a boca
en otras bocas, eso sí.
Y no me faltan
las bocas ni las botas
para pisar cabrones,
desalmados,
precipicios punzantes.
Me faltan más bien
almas que salvar,
que hay muy pocas,
muy muy pocas.
Y ahora lo que quiero
(y lo sé)
es encontrarte a ti
y matarte a caricias
amargas, viscerales,
rabiosas.
Vas a pagar la cuenta
de este lugar de carretera
y todas las que otros
dejaron en mis pieles.
Vas a sufrir conmigo.
Y te gustará hacerlo.
Luego para perdonarme
te llevaré a París,
Roma o Londres
con pasaje "vip" entre mis piernas.
Y-ya-nunca-querrás-bajarte.
'Precipucios'.
ResponderEliminarjajajajajajaj guarro!! prepucio tú!
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