miércoles, 15 de septiembre de 2010

Ensayo sobre la ceguera, versión poética

El vacío que te envuelve,
entre los vapores de olvido,
nació producto de un estruendo.

Aquel de tu egoísmo,
también del mío...
de la ignorancia incipiente
en la decrépita mente
del odio emergente.

Ese vacío, maldito,
distancia lo
equidistante pendente
de la mirada supérflua,
el desamor intenso,
y la verdad doliente.

Ese vacío perfora ,
cual taladro maldito,
corazones y almas,
desesperando al santo,
maldiciendo al maldito,
y creando criaturas
ya no humanas.

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