domingo, 22 de octubre de 2017

Invisible como mujer

De ti se ha esperado tanto,
loca,
relegada al silencio
por tantas preguntas
que no saben responder
las razones de Estado.

De ti se ha esperado tanto,
loca,
que al final fuiste el reflejo
de lo que tanto se te había acusado.

Tú,
que nunca quisiste pertenecer al mundo
de los cuerdos.

Tú que fuiste
la primera mujer invisible
que recordamos,
a ti, que te callaron y lo sabemos,
y te ponemos nombre
y marido,
padre,
hijo
y nieto.

Tú, hija de rey,
mujer de consorte,
madre de emperador,
abuela del Imperio
donde nunca se ponía el sol.

Porque te violaron tanto el alma,
te alimentabas del rencor
en tu rincón casi cincuenta años encerrada.

Te fuiste extinguiendo en sus corazones
como el humo de las hogueras cuando asciende.

Hoy, sin embargo, permaneces,
porque el mundo sigue perteneciendo a los hombres,
y sigues presente en los golpes, en las quemaduras,
en la humillación, en la desigualdad de oportunidades.

Sigues presente, reina.
Para nosotras,
es muy difícil olvidarte.