jueves, 27 de enero de 2011

"Las pretensiones de exactitud han dado lugar a decisiones irracionales"

¿¡Por qué el maldito ser humano está empeñado en ser Dios!?

Cuentan que Dios creó a Adán y Eva, a la vez y en las mismas condiciones, ninguno salió del otro porque sus condiciones son exactamente las mismas al igual que su importancia en la vida. Les ofreció un lugar maravilloso donde vivir, repleto de plantas y animales. Las plantas les ayudaban a vivir, y cuando tenían  un rasguño o cualquier tipo de dolor, ellas se encargaban de curarlos. Los animales que fallecían servían de alimento para los dos humanos y también los resguardaban en las noches del  frío. Adán y Eva  vivían en la gloria bendita, pero como humanos que eran no fueron capaces de apreciarlo y conformase con el cielo, por lo que, los dos juntos decidieron que debían aprender  a hacer cosas que jamás Dios pudiera hacer (y eso que lo puede hacer todo). Inventaron,los metales, la combustión, la electricidad,  el teléfono móvil, el microondas, los químicos , el coche, el ordenador, internet (lo que más se asimilió a Dios) y otros muchos artilugios que facilitaban la vida superficial de la pareja  y que dañaban a todos lo demás seres vivos. Las plantas ya no servían para nada, y la hijas de Eva sólo empleaban a las flores como decoración después de ser degolladas. Se inventaron medicinas a base de químicos que perjudican más la salud que mejorarla.
Los animales ya no vivían en libertad, se convirtieron en esclavos de Adán,  que los exhibía y mataba para que sus pieles abrigasen a todas horas.

Entonces Dios, no los expulsó del Paraiso, pues decidió darles un margen.
Es imposible superar a Dios, pero es muy sencillo destrozar el Paraíso con tales comportamientos.

No necesitamos más de lo que hay...

Aprovechemos la tregua de Dios para salvar lo que queda del Paraíso.

lunes, 24 de enero de 2011

Cada día me parezco más
a alguién que adoré...

Pero ahora ya no sé,
si es un error
porque es díficil tener
una mente tan tan similar
a la de tu...

sábado, 15 de enero de 2011

Absurdas reflexiones sobre una muerte anunciada

He comprendido algo horrible:
La soledad solo nos afecta a los libres.
Los encarcelados no tienen libertad, y, ¿Qué más da si tienen o no compañía?
Pero los libres... no queremos nunca sentirnos solos.

Qué hacemos con tanta tanta libertad si no podemos compartirla, disfrutarla a medias, si es solo un tiempo libre de libertad que libremente queda vacío...

Qué hacemos entonces los libres, libre , libre y solos, malditamente solos, precisamente porque estamos libres.

Existen muchas formas de encarcelarse, y algunas son muy dulces. Jaulas doradas, de gominola o incluso de nubes. Pero bueno, el color dorado acaba disipándose para dar paso a su amigo el cobre, a quien ocultaba. Y las gominolas, queridos, se acaban, y te pican los dientes, te dejan ardor estomacal y terminan con toda tu energía. En cuanto a las nubes, no es por ser escéptica pero... soportan muy poco peso, y solo puede ser producto de tu imaginación pensar que flotarás en ella por mucho tiempo.

Los métodos dulces son los menos efectivos. Al final se truncan y esas jaulas quebradas te devuelven a tu antiguo estado de soledad, de libertad absurda, esa que alguna vez en la jaula, acompañada por toda la dulzura deseaste volver a recuperar y que ahora detestas. Todos los sueños dorados se han partido en mil pedazos. Esas criaturillas que veías a tu alrededor... ya no puedes verlas ¿verdad?

Pues así es. la única jaula duradera es la de hierro. La más fría, la más fuerte. Inquebrantable. Inamovible. Es una jaula muy segura, y nunca te sentirás sola, porque todos tus miedos, inseguridades y lamentaciones te perseguirán día y noche. Entre los hierros  y el mundo hay una distancia que la gente no  se atreve a pasar, porque siente que al acercarse su pulso se acelera y la cabeza le duele. Nadie debe acercarse a esa jaula. Es la jaula de tu no soledad, ¿verdad?

Y... Qué absurdo, qué absurdo, qué absurdo... escribir esto a las 12... sin un porqué o con un cómo, sin un ahora o sin un después, qué más da, si ya no se lo que me digo porque la jaula férrea me ha quebrado la idea principal... qué mas da, si después de todo, todo ha sido nada.   

miércoles, 12 de enero de 2011

...

Los días de niebla
me gustan mucho.
Sí.
Porque no hace frío
pero la humedad
se pega como las
sanguijuelas en el río,
y me da tranquilidad.

Además, con niebla
los demás no ven,
como yo cuando no
llevo las gafas,
entonces,
me siento comprendida.

Pero el sol...
¡Ay amigo! el sol...
el sol sí que es mi amante,
el menos fiel, desde luego,
pero el más gratificante.

Los días de sol y frio
son desde luego mis
favoritos, porque...
un abrazo nunca viene
nada mal en invierno.

domingo, 2 de enero de 2011

Felices Fiesta (leer entre lineas)

Fiel vida la mía
en este silencio amargo,
libre de tus palabras,
intenso y doloroso,
cetrino
esquivo
solitario como el miedo.

Fiel vida la mía,
indecisa y escabrosa
escondida en
sonrisas algo engañosas,
tiranas, pero que
ayudan a respirar a la
serenidad del alma.

Pero este año
será diferente.